HOMENAJE A L@S ANCIAN@S DE SANTA MARTA DE MAGASCA
L@s alumn@s y profes de la localidad de Santa Marta han querido felicitar personalmente las NAVIDADES a sus queridos mayores y, para ello, hicieron una visita a la residencia de ancianos de la localidad.
RECITARON POESÍAS. |
LA NAVIDAD ES EL
CALOR QUE VUELVE AL
CORAZÓN DE LAS PERSONAS,
LA GENEROSIDAD DE
COMPARTIRLA CON OTROS
Y LA ESPERANZA DE
SEGUIR ADELANTE.
CANTARON
VILLANCICOS
La vejez
Es la copa dorada
y engañosa
Que si de dulce
néctar se rebosa
Ponzoña de dolor
guarda escondida.
Que es en la juventud senda
florida
Y en la vejez,
pendiente que escabrosa
Va recorriendo el
alma congojosa,
Sin fe, sin
esperanza y desvalida.
¡Mienten! Si a la virtud sus
homenajes
el corazón rindió
con sus querellas
no contesta del
tiempo a los ultrajes;
que tiene la vejez horas tan
bellas
como tiene la tarde sus celajes,
como tiene la noche sus estrellas.
NO ES VIEJO.
No es
viejo aquel que pierde su cabello o su última muela, sino su última esperanza.
No es viejo, el que lleva en su corazón el amor siempre ardiente. No es viejo
el que mantiene su fe en sí mismo, el que vive sanamente alegre, convencido de
que para el corazón puro no hay edad. El cuerpo envejece, pero no la actividad
creadora del espíritu.
Para
el profano la ancianidad es invierno; para el sabio es la estación de la cosecha.
El crepúsculo de la vida trae consigo su propia lámpara. Hay una primavera que
no vuelve jamás y otra que es eterna; la primera es la juventud del cuerpo, la
segunda es la juventud del alma.
Cuando una noble vida ha
preparado la vejez, no es la decadencia lo que ésta recuerda: son los primeros
destellos de la inmortalidad. Es estupendo ver un viejo que asume la segunda
parte de su vida con tanto coraje e ilusión como la primera. Para ello tendrá
que empezar por aceptar que el sol del atardecer es tan importante como el del
amanecer y el mediodía, aunque su calor sea muy distinto.
El sol no se avergüenza de ponerse,
no siente nostalgia de su brillo matutino, no piensa que las horas del día lo
están echando del cielo. No se experimenta menos luminoso ni hermoso por
comprobar que el ocaso se aproxima, no cree que su resolana sobre los edificios
sea menos importante o necesaria. Cada hora tiene su gozo. El sol lo sabe y
cumple hora a hora su tarea.
¡Ah... si todos los ancianos
entendieran que su sonrisa sobre los hombres puede ser tan hermosa y fecunda
como ese último rayo de sol antes de ponerse!
¡Nos ha encantado esta visita!
Por vuestro coraje, lucha,esfuerzo,trabajo y sabiduría queremos deciros:
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