Comenzamos esta nueva aventura allá por Septiembre...
La tripulación se sentía nerviosa, excitada y con muchas ganas de trabajar.
Reunidos todos con la capitana, tomamos decisiones para la buena marcha del viaje. Algunos tripulantes se pusieron nerviosos por la cantidad de preparativos que había que afrontar; otros, se dejaron embargar por la tristeza porque no estaba planificado en la ruta de navegación atracar en sus lugares de origen; los más, se sintieron animados y orgullosos por las grandes aventuras que teníamos por delante; hasta nuestro loro, Leo, estuvo inquieto, por la inminencia del viaje y, por otra parte, tranquilo y expectante con la esperanza de llegar a tierra firme.
Con tantas sensaciones a bordo, decidimos rebautizar a nuestra embarcación como "Corazón Flotante", para demostrar al mundo, dentro y fuera de la mar, que nuestras emociones serán nuestra brújula durante esta travesía.
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